lunes, 13 de abril de 2009

MI 2008


2008









I.
Estando ya a más de dos meses de la mitad del año, me he
dado cuenta como el tiempo corre. El tiempo pasa y lo vivimos, pero parece mentira: no es mucho tiempo antes de que lo olvidamos. Sólo basta de un poco de tiempo q pisotee nuestra mente, y nuestros recuerdos parecen perder su matiz y color. Cuando nos percatamos de esto, parece ya demasiado tarde, porque ya no recordamos como llegamos hasta este punto, no recordamos nuestra historia. Tantos años, y tan poco que contar; tantas experiencias, y ninguna que recordar. Tratamos de volver atrás, pero parece una vida ajena; o una película vieja que ha perdido su color. Parecido a una foto en sepia, que el tiempo poco a poco la borró. Por eso he decidido paralizar este año en tinta; inmortalizar recuerdos y sentimientos que cambiaron mi vida. Y así, escogiendo cuidadosamente mis recuerdos y cada detalle que éste conlleva: así, empieza mi historia.

Mi primer recuerdo de este año empieza exactamente 16 años después de mi nacimiento. Este cumpleaños no fue celebrado de tal manera como el pasado, pero mis amigos hicieron que valiera la pena recordarlo. No fue más que un día normal, en el que otra vez, me recordé quién era, me recordé de quién soy, y para donde voy. Y aunque no esté completamente seguro del porqué estoy, del porqué existo, recordé para quien vivo. No valdría contar mi vida, si no menciono, aunque sea vez perdida, al que vivifica mi existencia. Además de esto, fui invadido dentro de mi casa por una plaga de lo que orgullosamente puedo llamar, amigos. Fuera de horario, fuera de planificación; algo instantáneo, que de verdad mi corazón movió.

Aproximadamente unas dos semanas después tuve la oportunidad de salir de mi país. Este viaje no solamente tuvo un valor intelectual, ya que abrió mi mente a cosas que no pasaban ni por la dimensión de la imaginación, sino que también un valor sentimental, ya que fue el último viaje que hice con mi papá. No mucho tiempo después sucedió una serie de eventos que terminaron con acabar el contacto con mi papá. Aún hoy en día, no he vuelto a verlo más que en fotos, ni he vuelto a escuchar su voz. Pero no adelantándome, regreso a este viaje, porque así como se debe de vivir, así lo contaré: un día a la vez.


II

II

"El vuelo ha aterrizado exitosamente. Bienvenidos a Lima, Perú. Son las…" Estas palabras son las que empiezan este pedazo de mi historia. Gran trozo que por dejar transcurrir el tiempo se ha borrado de mi mente, pero todavía quedan aventuras distantes y sin hilo que valen rescatar.

Lima, ciudad de mar, famosa por sus ceviches, y caliente por su humedad, fue la primera ciudad en que estuvimos. Aunque nuestra primera noche no fue un rotundo éxito, ya que el hotel, si así se puede llamar, eran habitaciones regadas en un pantano que hedía; y sus camas, si así tienen el privilegio de ser llamadas, no eran más que huecos acolchonados. Pero a una persona como yo, sin importar circunstancias, cuando el sueño le seduce, es totalmente dominado por él y ni el peor olor o el más estridente sonido son una molestia. Aunque siendo nuestra primera noche un poderoso fracaso, nuestra suerte fue cambiando. Un recorrido a pie por Lima nos llevó a un centro comercial un poco diferente para lo que un tico como yo puede estar acostumbrado. Un centro comercial construido verticalmente en la pared de un precipicio que desembocaba en el mar, fue nuestro punto de partida a varios centros importantes de la ciudad, como el Parque del Amor. No cabía duda porque éste era llamado así, con vista al mar, a una estatua de piedra con forma de hombre y mujer haciendo el amor, le rodeaban decenas de parejas, que iban un poco más atrasadas que la pareja petrificada. Inmóvil, permanente, sólida, estática igual que el amor.

Arequipa, otra gran ciudad peruana a la que dudosamente llegamos. Y digo dudosamente porque teniendo que tomar otro avión desde lima para llegar a esta ciudad, tuvimos que atravesar toda una serie de sensaciones que por poco le ponen fin a esta historia. No sabiendo si el piloto era nuevo, o siendo dominado por el alcohol dio una sin fin cantidad de giros y cambios de altura que parecían desbaratar el avión. Después de un aterrizaje afortunado, o mejor dicho, muy afortunado, empezamos a conocer la ciudad. Ciudad que es llamada la ciudad blanca, por ser en su mayoría de piedra blanca.

Puno, tercera ciudad en nuestro recorrido, increíble en su altura, nos causó grandes asombros como lo fue el Lago de Titicaca. De Arequipa a la ciudad de Puno no fue más que un viaje en bus de aproximadamente 15 horas, y alguna pausa como lo fue esta. Siendo atacados por la altura tuvimos que bajar del bus y probar una de las medicinas naturales más antiguas de la historia, y a la misma vez, siendo procesada, es una de las drogas más demandadas: La coca. Después de haber hecho con ceniza y unas cuantas hojas de coca, mi primer sándwich tan natural, di mi primer mordisco que acabó por dificultarme la comunicación, ya que durmiéndome la lengua, los labios, y en resumen toda la boca, no desembocó más que en simples sonidos tontos e inútiles y un derrame de babas que me hizo ver un tanto retardado. El lago Titicaca fue una de las experiencias más memorables. A aproximadamente unos 3.810 metros sobre el nivel del mar, viven todavía indígenas en el lago. Sí, esto no fue un error de preposiciones. Literalmente en el lago, se encuentra una pequeña ciudad compuesta de cuarenta pequeñas islas fabricadas y habitadas por humanos. Vivir en islas flotantes es logrado, gracias a que los habitantes diariamente ponen capas entrelazadas de un junco llamado totora, que se encuentra a las orillas del lago. Ellos, diariamente hacen un viaje a remo de aproximadamente 1 hora a la orilla con sus barcos de totora para extraer este material y luego lo colocan encima de la capa de totora del día anterior. Si esta gente hace todo este trabajo para poder vivir, cuánto no más nosotros, buscaremos nuestro diario sustento, que es Cristo y Su Palabra, que es vida, para poder flotar en un mundo, que nos quiere succionar. Y Cristo y su palabra que es estática, poderosa y viva, es nuestro verdadero fundamento.

No todo en este lago fue tan inspirador, también tuve más de una sorpresa. Como cuando descubrí que la única palabra en español que podían pronunciar la mayoría era "propina", o cuando detrás de la tienda de campaña hecha de totora se acentuaba una larga antena de DIRECT-TV.

En otra isla, esta ya natural, tuvimos nuestro almuerzo a lo típico del lugar. Después de subir cientos de gradas, llegamos al lugar donde nos recibieron con un rico almuerzo. Tratando de poner la generosidad y caballerosidad ante mi bienestar ayudé a una señora un tanto mayor a subir las interminables series de gradas. Y aunque terminé exhausto, terminó pagándomela más ella en agradecimientos y elogios del esfuerzo que hice. Después del almuerzo nos contaron algunas tradiciones de la isla, como lo era la “prueba de amor” que consistía en un período de tiempo en el cual una pareja que se iba a casar convivía un año, para ver si los dos eran “compatibles”.

Terminando Puno nos dirigimos a la famosa ciudad de Cuzco, no tanto reconocida por la propia ciudad sino por otra que ésta contiene: Machu Pichu. Ciudad mítica y asombrosa, llena de misterios y aunque muerta hace ya cientos de años, parece contar a susurros su propia historia. Piedras que son encontradas sólo a varios cientos de kilómetros debajo de esta ciudad, fueron colocadas y cortadas estratégica e inteligentemente para constituir estas increíbles construcciones.

Nazca y Lima de nuevo, nuestro viaje concluyó. Tantas horas de viaje y sin embargo, sólo una milésima de porcentaje fue lo que exploramos. Tan semejante a vivir una vida apurada, expresiones como “ya quiero que sea viernes”, “ya quiero que termine el año”, hacen que recorramos apresuradamente nuestra vida, y terminamos sin vivirla. Por eso decido vivir cada segundo, sea de alegría o de dolor. Prometo recorrer cada problema y cada alegría con gozo, dando un paso, luego el otro.

III
Tiempo… Para todo hay un tiempo. Tiempo para tu familia, tiempo para tus amigos. Tiempo para Dios, tiempo para el corazón, tiempo para hacer un amigo, tiempo para sonreír. Tiempo para recordar, tiempo para escribir, tiempo para perdonar. El reloj corre...

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